El cerebro crea la mente
"La mente, una entidad compleja y en cierto modo misteriosa, es lo más familiar y propio que tenemos, aquello con lo que cada uno de nosotros más se identifica. Funciona de tal modo que si abrimos los ojos en un día soleado, sentimos que todo el paisaje que contemplamos está lleno de luz. Igualmente, el olor del desayuno matinal nos parece que está ahí fuera, saliendo de la taza de café caliente. Pero lo cierto es que esa luz y ese olor sólo existen en nuestra mente, pues son el modo en que el cerebro hace que percibamos las diferente formas de energía que circundan nuestro entorno. Fuera de nosotros no hay luz, sólo energía electromagnética; ni olor, sólo partículas volátiles. Es decir, el cerebro crea la mente y nos hace percibir lo que ocurre fuera y dentro de nuestro cuerpo de un modo especial y fascinante que no tiene por qué coincidir con la realidad misma."
Con este párrafo comienza Ignacio Morgado (Departamento de Psicobiología y Metodología de las Ciencias de la Salud, Facultad de Psicología. Universitat Autònoma de Barcelona) un artículo publicado en Revista de Neurología este mes de septiembre: Psicobiología de la consciencia: concepto, hipótesis y observaciones clínicas y experimentales (Rev Neurol 2009;49:251-256). El inicio promete y no quería dejar de recomendároslo, antes siquiera de haber terminado su lectura.
Los destacados del párrafo son mios y ya hemos hablado de ellos en varias ocasiones...
Cupri ("el desaparecido" en su anotación "anual" en este blog)
7 Comments:
La verdad es que es un buen comienzo para el artículo, hay que leerlo.
Y el final del párrafo:
"...que no tiene por qué coincidir con la realidad misma"
Tito
P.D. Me alegro de "verte", Cupri.
Pues voy dejar mi comentario para aprovechar este reencuentro virtual (por cierto que estos días la casualidad a hecho que me reencuentre físicamente con la R de AGRA, que muy al pricipio firmó por aquí como Kirunés, aunque parece que últimamente metamorfosea su identidad virtual).
En mi opinión, que ya he expresado en la bitacora alguna vez, hay un abuso del "sólo existen en nuestra mente" que suele dar mucha munición a los pseudocientíficos. La luz y el olor SÍ existen fuera de nuestra mente: son propiedades y fenómenos del entorno físico-químico que nosotros somos capaces de detectar como lo hacen el resto de seres vivos. Otra cosa es que nuestros sentidos (incluyendo aquí todo el aparato de procesamiento del sistema nervioso central) detecte solo algunas características de esa luz y olor y que otros animales detecten otras (lo cual se explica en terminos evolutivos) pero lo que detectamos SÍ está ahí fuera y coincide con la realidad lo que permite que podamos interaccionar con otros individuos de nuestra especie y con individuos de otras especies. Insisto, otra cosa es que, como ocurre por ejemplo con los daltónicos, podamos extraer más o menos información "útil" del entorno lo cual facilitará más o menos nuestra supervivencia.
En esencia me resulta un poco absurdo decir que en nuestra mente hay luz y olor y fuera hay energía electromagnética y partículas volatiles: por supuesto que cuando percibimos esa radiación electromagnética que denominamos luz esa percepción no ES la propia radiación electromagnetica sino un estado mental (actividad cerebral), pero dar una relevancia a esa distinción me parece un ejercicio de metafísica cuando no simplemente un juego de palabras que aporta poco a la comprensión de los mecanismos del proceso de percepción. Me parece un ejemplo de lo "sobrevalorada" que esta la mente y sus propiedades (consciencia, ...) y, como dije antés, se deja un poso de algo misterioso y hasta sobrenatural que es bien utilizado por esotéricos y pseudociéntificos de toda calaña.
Habrá que leer el artículo.
Lupe
No lo veo yo así, Lupe, pero esto ya lo hemos hablado muchas veces delante de alguna cerveza (que es como se puede hablar de estas cosas y de tantas otras).
Sigo pensando que es relevante recordarlo: lo que percibimos no siempre coincide con la "realidad" (y hay muchas anotaciones relacionadas con ello en este blog... incluyendo, por ejemplo, la de "Magia y cerebro").
Es en este sentido como yo entiendo el párrafo introductorio y no como excusa para sacarse de la manga cualquier explicación esotérica.
Y una vez leído el artículo, añado que me parece curiosa la forma en que Morgado lo concluye... Si no he entendido mal, piensa que la dificultad que tenemos para entender la consciencia deriva de que la evolución no nos ha llevado a tener un cerebro preparado para ello (¿lo he entendido bien?). ¿Qué os parece?
Cupri
Qué curioso. Una vez escuché al físico Fernández Rañada en una conferencia concluir (sugerir) más o menos lo mismo en relación a la física cuántica y su implicación en la cosmología.
Tito
Pues respecto al argumento de la evolución sí que es sorprendente. Hace poco leí algo relativamente diferente en un libro de Roger Penrose (Lo grande, lo pequeño y la mente humana) en el que se dice que la evolución no habría favorecido un cerebro capaz de entender y resolver problemas matemáticos sino uno que tuviera una capacidad de comprensión general (no computacional según él, y por tanto, también según él, relacionada con alguna propiedad de la mecanica cuantica, que, por cierto, aún no se conoce). Pero el asunto es que existen individuos que comprenden los teoremas matemáticos, que son capaces de visualizar la curvatura del espacio-tiempo según la teoría general de la relatividad, así como el colapso de la función de onda de la mecanica cuantica. Y a mi me cuesta entender que los electrones se muevan por un cable y que generen la imagen de mi pantalla de ordenador (la pregunta es, ¿el león me comera antes a mi o a ellos?).
Pero volviendo al asunto inicial, yo creo que lo que dice con los ejemplos de la luz y el olor es lo que yo comentaba en mi comentario anterior y no son una referencia a los "errores" que comete nuestro sistema perceptivo (aunque estoy seguro que no lo hace para sacarse de la manga nada esotérico). Así dice "aunque la temperatura que evalúa un termómetro sea tan sólo una manera macroscópica de observar el movimiento de las partículas, el cerebro, [...] no sólo evalúa, sino que convierte el resultado de la evaluación en una nueva experiencia subjetiva muy especial que denominamos calor. Podemos decir entonces que el calor no es otra cosa que el modo que tiene nuestro cerebro de percatarse del movimiento de las partículas de un cuerpo (mi interpretación del asunto), pero seguimos sin explicar la especificidad de esa experiencia o percepción consciente" (las negritas son mias). Este tipo de argumento se lo he oido antes a Francisco Mora y a Francisco Rubia, utilizando el ejemplo del color: "no es una propiedad de los objetos sino que lo crea el cerebro". Por supuesto que es una propiedad de los objetos, la de absorver luz de diferentes longitudes de onda y reflejar el restro que nosotros interpretamos como color. En este sentido es interesante la definición de la consciencia de Christof Koch y que Morgado cita en el artículo: "un resumen de la realidad con carácter ejecutivo".
En fin, nada de esotérico en este debate pero al igual que los riesgos de hablar de diseño por parte de los biologos evolutivos, creo que hay que tener cuidado con las interpretaciones que se hacen del modo de actuar del cerebro.
Lupe
Yo creo que interpretamos la realidad, que existe, con los instrumentos de los que disponemos.
En realidad mi opinión no es tan diferente de la de Lupe, aunque nos separa un pequeño matiz, el que Niha subraya.
Cuando comentaba que lo que percibimos no siempre coincide con la realidad no me refería a errores de nuestra percepción, sino a que nuestra percepción es una interpretación de la realidad y, por tanto, tiene parte de creación. De ahí lo de que el cerebro crea la mente. Quizás una frase más acertada sería decir que el cerebro crea (en parte) la realidad... una imagen de la realidad que nos resulta útil para vivir en él.
Entiendo que Lupe está de acuerdo con la frase de Koch: "la consciencia es un resumen de la realidad con carácter ejecutivo"; el matiz sobre el que discutimos es que, pareciéndome una definición muy acertada, creo que le falta esa faceta de "interpretación", de "imagen de la realidad".
Reconozco que la discusión sobre este matiz no parece de gran utilidad; además de que la hemos tenido muchas veces. Confiaba en que se añadiera alguna voz más (incluida la de Tito, que siempre que hablamos de esto se queda un poco al margen, no sé si porque lo considera tan obvio que no le merece la pena discutirlo o tan confuso que no sabe por dónde abordarlo).
Abrazos.
Cupri
Publicar un comentario
<< Home