10 noviembre 2006

Pseudociencias en la VI Semana de la Ciencia madrid 2006

Se está celebrando estos días la VI Semana de la Ciencia de Madrid que incluye un gran número de actividades de divulgación científica cuyo objetivo principal es "abrir la experiencia científica a la mirada y a la reflexión del ciudadano": "La Semana de la Ciencia de Madrid pretende reflexionar sobre la evidencia de que vivimos rodeados de ciencia y de que el conocimiento no es ya un lujo reservado a unos pocos, sino un bien esencial necesario para nuestro futuro y responsabilidad de todos." Sin embargo varias de las actividades programadas hacen un flaco favor a tan nobles objetivos. De una de ellas se ha hablado mucho en las bitácoras escépticas (por ejemplo aquí y aquí) y ha generado varias iniciativas de protesta (por ejemplo desde ARP aquí y aquí): me refiero a la conferencia "Situación actual de la homeopatía" organizada por los Laboratorios Boiron. Sin embargo han pasado desapercibidas otras dos actividades que no tienen desperdicio: "La ciencia en el cine: Y tú, ¿qué sabes?" y "Evolución y neurología cuántica".

La primera de estas actividades consiste en la emisión seguida de coloquio de la película "Y tú, ¿qué sabes?", panfleto de la secta "Ramtha School of Englightenment". La película mezcla ficción y documental para promover la siguiente idea sencilla: puesto que la física cuántica ha demostrado que la mente crea la realidad ("no hay realidad sin observador"), cualquiera tiene la posibilidad de crear su propia realidad conscientemente (y de paso curarse de todos los males). Esta revelación proviene de Ramtha, el espíritu de un viejo guerreo de la Atlantida que vivió hace 35.000 años y que esta siendo "canalizado" por Judy Z. Knight, que allá por los años 70 encontró su propio filón de oro paranormal. Se puede encontrar una crítica más detallada y mordaz en el artículo de Erik Aris Stengler Larrea en el número de agosto de El Escéptico Digital y en Skeptico: "What the (bleep) were they thinking?" (que por cierto fue recomendado por el propio Randi).

Por otro lado quizás es injusto calificar de pseudocientífica a la segunda de las actividades, la charla "Evolución y neurología cuántica" organizada por la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas, pero sin duda no se ajusta al objetivo de divulgación científica que parece ser el motor de la Semana de la Ciencia la inclusión de una charla sobre un tema sobre el que no existe ningún consenso científico. Por neurología cuántica se entiende la exploración de la posibilidad de que la así llamada hipótesis Hameroff-Penrose (a saber, que el interior hueco de los microtúbulos serían "espacios cuánticos donde la materia bosónica entraría en coherencia cuántica y donde estaría también en estado de superposición cuántica") pueda ser el punto de partida para la elaboración de un modelo que explique "tanto el indeterminismo de la conducta humana como el holismo de la experiencia psíquica". Independientemente de la crítica tanto a la importancia de la mecánica cuántica para explicar el psiquísmo humano (asunto que ya tratamos en un apunte anterior) como a la premisa de partida acerca del indeterminismo y el holismo como características del comportamiento humano, parece ser que "esta nueva neurología no sólo explica mejor al hombre, sino que es más armónica y congruente con los planteamientos religiosos". Esto último ya nos pone sobre aviso acerca de los objetivos de este plantemiento (y una somera visita a la web de la Cátedra nos lo confirma): se trata de un nuevo (y desesperado) intento de buscar "el fantasma en la máquina" y los vericuetos para colar al "diseñador" como origen (y por tanto garante) de la libertad humana (de algo de esto ya hablamos aquí y aquí). En fin, esperaremos a ver que nos depara la charla para hacer un comentario más en profundidad.

Lupe

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El próximo año, vamos a tener que diseccionar con un mes de antelación el programa de la semana de la ciencia, para que nos de tiempo a ver cuantas meteduras de pata más pueden llegar a meter.

11 noviembre, 2006 19:54  
Blogger AGRA said...

Sobre la falta de base científica y la falta de eficacia de la homeopatía se ha escrito mucho (y habrá que seguir escribiendo).

Pongo en relación esto con la huelga convocada por los médicos de Atención Primaria con el fin de conseguir un tiempo digno para atender a sus pacientes (información en http://www.diezminutos.org).

La popularidad de la homeopatía y de otras "medicinas alternativas" similares se basa en gran medida en la necesidades de atención de la población que la medicina científica no cubre. Pero, como he leido en alguna parte, la mejor alternativa a la medicina científica no es la medicina alternativa, sino una mejor medicina científica. Probablemente cualquier medida que dignifique la Atención Primaria sería muy útil para evitar los fraudes de las "medicinas alternativas".

Cupri

17 noviembre, 2006 08:30  
Blogger J-L said...

Con curiosidad por ver la película "What the bleep..." (no la ví en el cine por no dar dinero a los autores) y por temor de que se colara la sinrazón en la semana de la ciencia acudí a la proyección. La profesora responsable invitó a un investigador en mecánica cuántica del CSIC que condujo el debate. La película sirvió de gancho para hablar de mecánica cuántica a un público no especializado. Quedaron claros algunos de sus conceptos básicos, así como que las extrapolaciones de la película no tienen ninguna base en esta ciencia.
Puede ser objetable que se eligiera esta película, pero al final no se dio pábulo a ninguna idea esotérica. Creo que esta es una buena noticia.

20 noviembre, 2006 11:24  
Blogger AGRA said...

Sí, es una buena noticia. He tenido la oportunidad de ver algunas secuencias de dicha película (en una conferencia de la que nos fuimos sobre neurología cuántica porque me pareció muy pobre... quizá podamos hablar de eso). Y la clave (el error) es esa extrapolación a la "realidad científica" de lo que en ella se comenta.

Pienso que hay un importante error a nivel de lenguaje. Supongo que cuando se habla en física de "principio de incertidunbre" no significa que el "libre albedrío" sea un hecho. En mi opinión, son conceptos que pertenece a niveles de conocimiento diferentes. No pongo este ejemplo por azar.
Tuve la impresión de que la película y sus partidarios tratan de "vender" la indeterminación a nivel cerebral (mental) (la excusa puede ser la mecánica cuántica) para justificar la existencia del libre albedrío y en contra del reduccionismo... Si el libre albedrío fuera un hecho todos seríamos responsables de nuestros actos y podríamos conducirnos hacia un mundo "más humano". Es un tema complicado pero creo que la intención que hay detrás es justificar otro tipo de creencias (inconsistentes) acerca de la realidad.

Tito

20 noviembre, 2006 12:13  
Blogger AGRA said...

Como dice Tito, nos dimos una vuelta por (esto es más preciso que decir que asistimos a) la charla sobre neurología cuántica y la decepción fue mayuscula. La primera en la frente es que nos ofrecieron 12 minutos de la película "¿Y tú qué sabes?" en las que se resumía lo paradójica que es la mecánica cuántica y se avanzaba la idea de que tenemos control sobre la realidad ("...por las mañanas me levanto y decido lo que va a ocurrir a lo largo del día... es difícil pero si me esfuerzo se que modificaré mis redes neuronales y con el tiempo me costará menos..." ¡uf!). Pero esto al menos duró poco. A continuación, sin presentaciones previas, inició su charla el ponente, el profesor Oscar Castro de la Universidad Autónoma de Barcelona. Asumimos que era profesor de filosofía y que estaba especializado en biosemiología, de lo cual se podría deducir que tenía unos conocimientos básicos de biología (lo cual era de esperar/desear si pretendía decir algo sobre lo que es la consciencia). Pero en cuanto empezó a hablar de neuronas y de neurología nos dimos cuenta que sus conocimientos biológicos/neurocientíficos eran muy pobres, a nuestro juicio insuficientes como para poder realizar ninguna aportación interesante al problema de la conciencia. Por otro lado sus dotes de orador eran pésimas, por lo que optamos por claudicar. En realidad, un resumen de las ideas que debió exponer en la charla se puede encontrar aquí, en la página de la Catedra CTR, organizadora del seminario. La exposición es más clara en el artículo, aunque deriva en un batiburrillo de conceptos biofísicos que obviamente utiliza sin entender, para mostrar la "complejidad" del problema de la transmisión de información en los seres vivos y en particular de la conciencia. Su conclusión: "Por lo tanto, podríamos hablar del ser humano como complejidad irreductible de autoconciencia. Como un enjambre de enjambres de condensados Bose-Einstein, de factores no termales tal como Fröhlich intuyó y cuya posibilidad demostró, y que experimenta un sentido de completitud afianzado en la emergencia de un factor evolutivo de percepción (la auto-percepción propia del ser humano). De este modo el hombre sería un ser consciente no sólo de su umwelt, sino que ha generado articulaciones neocorticales que han provocado la emergencia de la razón.” (la cursiva es mía). Sinceramente no entiendo nada y me parece simplemente una acumulación de términos sin contenido (sin aplicación al problema científico de la consciencia). Parece más bien un intento de justificar unas premisas que el autor (y al parecer la Cátedra, si hojeamos la web) tiene sobre el ser humano: la indeterminación (expresión del libre albedrío), la no-computabilidad (esencia de la consciencia) y el holismo (característica del psiquísmo). Como decía en el apunte la clave está quizás en el objetivo de la Catedra en general y de los seminarios en particular: “la Cátedra tratará de constituir una plataforma en que se estudie la comparación y referencia mutua entre los modelos (del universo, la vida y el hombre) científicos, tecnológicos y los modelos religiosos [...] Desde el enfoque básico de una Universidad católica, respondiendo al estímulo ofrecido por S.S. Juan Pablo II en documentos importantes al diálogo ciencia, tecnología y religión, [...] De forma crítica y racional, no apologética y beligerante, propia de la filosofía, de la ciencia y de la tecnología, pero también en alguna manera inserta en el discurso de las teologías propias de las diversas religiones. [...] De forma finalmente abierta al diálogo con los no creyentes, respetuosos de la fe, que con su visión del universo, de la vida y del hombre pueden y deben aportar un enriquecimiento sustancial al diálogo crítico entre ciencia, tecnología y religión.” Es decir, la religión intentando “pisar el césped de la ciencia”.

Lupe

23 noviembre, 2006 10:38  

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