Society for Psychical Research III: Testimonios versus realidad
The most important aspect of any investigation is to obtain, as far as possible, a detailed and accurate picture of the events. This usually means conducting in-depth interviews with the people directly involved and possibly with other relevant witnesses. (Conducting Investigations, SPR)
La Society for Psychical Research (SPR) es una institución que investiga la existencia de fenómenos paranormales, “fenómenos naturales de la vida real que las teorías científicas necesitan explicar” (ver en esta bitácora partes I y II). Según la SPR los fenómenos paranormales son hechos reales, ocurren, aunque son inexplicables. Son inexplicables porque en general estos fenómenos son difícilmente reproducibles y por tanto no es fácil estudiar y entender por qué ocurren y cuáles son los mecanismos físicos o neurobiológicos implicados. ¡Pero ocurren! Y de ahí la existencia de una organización como la SPR. Pero, ¿cómo saben que las apariciones, los poltergeist o la percepción extrasensorial son hechos reales si hasta ahora no han podido ser probados (reproducidos con suficientes garantías y controles)? ¡Hay testigos! Muchos testigos pueden certificar la ocurrencia de estos fenómenos. Testigos presenciales y fiables, que dicen la verdad. Cuentan lo sucedido con precisión. Y se emocionan. Y juran que fue real. Ellos saben que ocurrió, todo está registrado en sus memorias. ¿Hasta qué punto un testimonio es prueba del hecho en sí?
Conducting investigations (SPR). Testigo con nombre R. G. Todo ocurrió hace seis años, a las 11:53 de la noche del día 10 de Diciembre de 2000. “Estaba viendo la televisión en el salón de mi casa, como siempre antes de irme a la cama. Escuché unos ruidos extraños en la pared y entonces vi a mi abuela materna, fallecida dos años antes, durante unos segundos. Estaba de pie delante de mí. Posteriormente los objetos que había encima de la mesa empezaron a moverse. Oí golpes en la pared y voces que susurraban mi nombre. Todo duró aproximadamente 10 minutos”. El testigo asegura que no tomó drogas o alcohol y que se encontraba en perfecto estado físico y mental. R. G. había tenido una experiencia similar seis meses antes. En el momento de los hechos había una lámpara encendida y la habitación estaba bien iluminada. Los ruidos fueron claros, con mínima contaminación acústica. La mujer del testigo acudió al lugar de los hechos al oír ruidos extraños que la despertaron. Pero cuando ella llegó todo había terminado. R. G. es una persona normal, trabaja como profesor de instituto y no tiene ningún interés especial en divulgar estos sucesos, de hecho se siente avergonzado y quiere mantener su anonimato.
El testigo certifica que son ciertos los datos que aparecen en este cuestionario
Fdo. R.G.
Memoria vs realidad. Todos intuimos que la memoria no es precisa y falla. De hecho, a menudo no estamos seguros de que algo ocurrió y expresamos nuestras dudas. Pero, ¿y cuándo estamos 100% seguros de haber presenciado o vivido algún suceso? ¿Significa entonces que ocurrió realmente? La memoria no es un almacén donde los recuerdos están marcados y etiquetados para ser recordados con fidelidad (1). Aunque parezca extraño decirlo, la memoria “evoluciona”, se contagia del presente, de nuestro presente. La memoria se corresponde, más bien, con inferencias, reconstrucciones de lo que pasó en realidad. Nuestras expectativas, nuestra imaginación, nuestros pensamientos acerca de los hechos. Ver fotos y escuchar testimonios de otros sobre los mismo hechos, nuestras motivaciones, nuestros intereses. Según multitud de estudios científicos, todos estos factores pueden alterar nuestros recuerdos..
Falsas memorias. Podemos recordar hechos que nunca ocurrieron, que no son reales. Las falsas memorias pueden ocurrir porque a veces confundimos hechos imaginados con hechos realmente percibidos. Y esto ocurre, está demostrado (1, 2). Así por ejemplo, después de oír e imaginar palabras, podemos recordar palabras imaginadas como realmente escuchadas. Cuantas más veces imaginemos una foto, mayor es la probabilidad de que pensemos que la vimos realmente. Se puede inducir el recuerdo “falso” de un objeto (que nunca estuvo implicado en los hechos) a través de narraciones o preguntas sobre lo ocurrido (“eyewitness suggestibility”). Además, los testigos pueden imaginar detalles falsos sobre los hechos a medida que leen o responden cuestiones acerca de los mismos. Un testimonio de los hechos, obtenido en las mejores condiciones posibles, puede no corresponderse con la realidad. (La investigadora E. Loftus ha investigado en profundidad las falsas memorias)
La memoria y el cerebro: Algunos datos. Cuanto mayor es el número de detalles recordados relativos a la información temporal y espacial de un evento, mayor es la probabilidad de que se trate de hechos verídicos. De hecho, la cantidad de detalles contextuales y visuales es mayor en memorias de hechos percibidos en realidad que de hechos imaginados (las memorias de hechos imaginados suelen ser menos ricas en detalles). Por el contrario, prestar más atención a los aspectos emocionales de un evento aumenta la probabilidad de mezclar hechos imaginados y reales (1, 2).
Estas características tienen un correlato neurobiológico. Recordar un gran número de detalles está asociado a una mayor actividad del lóbulo temporal del cerebro, donde se encuentra el hipocampo. El hipocampo juega un papel fundamental en la memoria episódica. En un estudio reciente (3), una alta actividad en esta estructura del cerebro se correlaciona con una mayor probabilidad de que la memoria sea verídica. Sin embargo, una alta actividad en otras áreas del cerebro como las cortezas prefrontal y parietal está asociado con memorias que tienen menor probabilidad de corresponder con hechos reales.
Recordar el futuro. ¿Por qué no es fiel la memoria? Quizá la función principal de la memoria no es recordar con fidelidad hechos pasados, sino imaginar el futuro (4). Y así construir buenas predicciones de lo que puede suceder. Creo que esta es una idea maravillosa que dará mucho que hablar en neurociencias.
Testimonios vs realidad. ¿Se apareció como ente real la abuela materna de R.G.? ¿Y el movimiento de objetos? ¿Es R.G. capaz de desplazar objetos con su mente? Difícilmente los testimonios pueden ser una prueba o aportar datos relevantes (y sólo meramente anecdóticos) en la investigación de supuestos hechos físicos y neurobiológicos que de demostrarse ciertos podrían significar una revolución en nuestra concepción de la realidad. Hace falta algo más. Datos tangibles que puedan ser puestos a prueba bajo estrictos controles para descartar artefactos. Hasta ahora, ni la SPR ni ninguna otra organización de investigación parapsicológica ha aportado este tipo de datos. Al menos no como para hacer avanzar nuestro conocimiento.
1. "Memory and reality" American Psychologist, 760-771 (2006)
2. "Importing perceived features into false memories" Memory, 14: 197-213 (2006)
3. "Trusting our memories: dissociating the neural correlates of confidence in veridical versus illusory memories" The Journal of Neuroscience, 27: 12190-12197 (2007)
4. "A surprising connection between memory and imagination" Science, 315: 312 (2007)
Tito
La Society for Psychical Research (SPR) es una institución que investiga la existencia de fenómenos paranormales, “fenómenos naturales de la vida real que las teorías científicas necesitan explicar” (ver en esta bitácora partes I y II). Según la SPR los fenómenos paranormales son hechos reales, ocurren, aunque son inexplicables. Son inexplicables porque en general estos fenómenos son difícilmente reproducibles y por tanto no es fácil estudiar y entender por qué ocurren y cuáles son los mecanismos físicos o neurobiológicos implicados. ¡Pero ocurren! Y de ahí la existencia de una organización como la SPR. Pero, ¿cómo saben que las apariciones, los poltergeist o la percepción extrasensorial son hechos reales si hasta ahora no han podido ser probados (reproducidos con suficientes garantías y controles)? ¡Hay testigos! Muchos testigos pueden certificar la ocurrencia de estos fenómenos. Testigos presenciales y fiables, que dicen la verdad. Cuentan lo sucedido con precisión. Y se emocionan. Y juran que fue real. Ellos saben que ocurrió, todo está registrado en sus memorias. ¿Hasta qué punto un testimonio es prueba del hecho en sí?
Conducting investigations (SPR). Testigo con nombre R. G. Todo ocurrió hace seis años, a las 11:53 de la noche del día 10 de Diciembre de 2000. “Estaba viendo la televisión en el salón de mi casa, como siempre antes de irme a la cama. Escuché unos ruidos extraños en la pared y entonces vi a mi abuela materna, fallecida dos años antes, durante unos segundos. Estaba de pie delante de mí. Posteriormente los objetos que había encima de la mesa empezaron a moverse. Oí golpes en la pared y voces que susurraban mi nombre. Todo duró aproximadamente 10 minutos”. El testigo asegura que no tomó drogas o alcohol y que se encontraba en perfecto estado físico y mental. R. G. había tenido una experiencia similar seis meses antes. En el momento de los hechos había una lámpara encendida y la habitación estaba bien iluminada. Los ruidos fueron claros, con mínima contaminación acústica. La mujer del testigo acudió al lugar de los hechos al oír ruidos extraños que la despertaron. Pero cuando ella llegó todo había terminado. R. G. es una persona normal, trabaja como profesor de instituto y no tiene ningún interés especial en divulgar estos sucesos, de hecho se siente avergonzado y quiere mantener su anonimato.
El testigo certifica que son ciertos los datos que aparecen en este cuestionario
Fdo. R.G.
Memoria vs realidad. Todos intuimos que la memoria no es precisa y falla. De hecho, a menudo no estamos seguros de que algo ocurrió y expresamos nuestras dudas. Pero, ¿y cuándo estamos 100% seguros de haber presenciado o vivido algún suceso? ¿Significa entonces que ocurrió realmente? La memoria no es un almacén donde los recuerdos están marcados y etiquetados para ser recordados con fidelidad (1). Aunque parezca extraño decirlo, la memoria “evoluciona”, se contagia del presente, de nuestro presente. La memoria se corresponde, más bien, con inferencias, reconstrucciones de lo que pasó en realidad. Nuestras expectativas, nuestra imaginación, nuestros pensamientos acerca de los hechos. Ver fotos y escuchar testimonios de otros sobre los mismo hechos, nuestras motivaciones, nuestros intereses. Según multitud de estudios científicos, todos estos factores pueden alterar nuestros recuerdos..
Falsas memorias. Podemos recordar hechos que nunca ocurrieron, que no son reales. Las falsas memorias pueden ocurrir porque a veces confundimos hechos imaginados con hechos realmente percibidos. Y esto ocurre, está demostrado (1, 2). Así por ejemplo, después de oír e imaginar palabras, podemos recordar palabras imaginadas como realmente escuchadas. Cuantas más veces imaginemos una foto, mayor es la probabilidad de que pensemos que la vimos realmente. Se puede inducir el recuerdo “falso” de un objeto (que nunca estuvo implicado en los hechos) a través de narraciones o preguntas sobre lo ocurrido (“eyewitness suggestibility”). Además, los testigos pueden imaginar detalles falsos sobre los hechos a medida que leen o responden cuestiones acerca de los mismos. Un testimonio de los hechos, obtenido en las mejores condiciones posibles, puede no corresponderse con la realidad. (La investigadora E. Loftus ha investigado en profundidad las falsas memorias)
La memoria y el cerebro: Algunos datos. Cuanto mayor es el número de detalles recordados relativos a la información temporal y espacial de un evento, mayor es la probabilidad de que se trate de hechos verídicos. De hecho, la cantidad de detalles contextuales y visuales es mayor en memorias de hechos percibidos en realidad que de hechos imaginados (las memorias de hechos imaginados suelen ser menos ricas en detalles). Por el contrario, prestar más atención a los aspectos emocionales de un evento aumenta la probabilidad de mezclar hechos imaginados y reales (1, 2).
Estas características tienen un correlato neurobiológico. Recordar un gran número de detalles está asociado a una mayor actividad del lóbulo temporal del cerebro, donde se encuentra el hipocampo. El hipocampo juega un papel fundamental en la memoria episódica. En un estudio reciente (3), una alta actividad en esta estructura del cerebro se correlaciona con una mayor probabilidad de que la memoria sea verídica. Sin embargo, una alta actividad en otras áreas del cerebro como las cortezas prefrontal y parietal está asociado con memorias que tienen menor probabilidad de corresponder con hechos reales.
Recordar el futuro. ¿Por qué no es fiel la memoria? Quizá la función principal de la memoria no es recordar con fidelidad hechos pasados, sino imaginar el futuro (4). Y así construir buenas predicciones de lo que puede suceder. Creo que esta es una idea maravillosa que dará mucho que hablar en neurociencias.
Testimonios vs realidad. ¿Se apareció como ente real la abuela materna de R.G.? ¿Y el movimiento de objetos? ¿Es R.G. capaz de desplazar objetos con su mente? Difícilmente los testimonios pueden ser una prueba o aportar datos relevantes (y sólo meramente anecdóticos) en la investigación de supuestos hechos físicos y neurobiológicos que de demostrarse ciertos podrían significar una revolución en nuestra concepción de la realidad. Hace falta algo más. Datos tangibles que puedan ser puestos a prueba bajo estrictos controles para descartar artefactos. Hasta ahora, ni la SPR ni ninguna otra organización de investigación parapsicológica ha aportado este tipo de datos. Al menos no como para hacer avanzar nuestro conocimiento.
1. "Memory and reality" American Psychologist, 760-771 (2006)
2. "Importing perceived features into false memories" Memory, 14: 197-213 (2006)
3. "Trusting our memories: dissociating the neural correlates of confidence in veridical versus illusory memories" The Journal of Neuroscience, 27: 12190-12197 (2007)
4. "A surprising connection between memory and imagination" Science, 315: 312 (2007)
Tito
2 Comments:
otros casos de alteración de la percepción: esquizofrénicos con alucinaciones auditivas, alucinaciones producidas por la ingestión de alcohol o drogas, experiencias extracorporales, experiencias cercanas a la muerte, deja vu, los cientos de imágenes diseñadas exclusivamente para engañar a nuestros sentidos,...pero ellos siempre alegarán que tú no puedes probar que él no vio eso. Y llevan razón. Eso sí, existen otras explicaciones que no necesitas de la existencia de fantasmas o de poderes psíquicos que parecen más plausibles. ¿Por qué entonces complicarse la vida con esas otras cosas? ahí está el quid.
Tienes toda la razón. Ya hemos hablado en otras ocasiones de las alteraciones en la percepción y su implicación en estos fenómenos. Es, digamos, un primer factor clave en la poca fiabilidad de un testimonio (entiéndase siempre como prueba de un hecho).
Pero además, la memoria de esa percepción puede ser "modificada" a lo largo del tiempo lo que añade un segundo factor que complica más las cosas.
Y como tú comentas, ¿por qué entonces "agarrarse a un clavo ardiendo" cuando puede haber otras explicaciones?
Tito
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