17 noviembre 2007

Sibelius, el cristiano darwinista

“El Dios cristiano es un Dios que, desde la cultura moderna, se entiende como el Dios que crea y hace posible la libertad humana” Dios, ¿hipótesis insostenible ante el darwinismo?

- Bien, que pase el siguiente. ¿A quién tenemos?
- Su nombre es Sibelius. Acepta como un hecho, y no se arrepiente de ello, la evolución biológica con todas sus consecuencias. Se considera darwinista.
- De acuerdo, no se hable más, ¡al Infierno con él!
- Pero, hay un pequeño problema, Señor. Sibelius también se considera cristiano.
- ¿Cristiano? Sibelius, ¿es usted cristiano?
- Sí, Señor. Un cristiano que no es ajeno al conocimiento científico de nuestra cultura moderna.
- Un cristiano moderno, ya veo... Teniendo en cuenta las discrepancias en el registro fósil y la complejidad irreducible… Usted cree que Dios ha intervenido en el diseño del hombre tal y como es ahora, ¿verdad? ¡Con toda su gloria y perfección! ¡A su imagen y semejanza!
- Nada más lejos, Señor. Cualquier cristiano moderno e informado sabe que teorías como el diseño inteligente no son ni más ni menos que una versión moderna de la metáfora de la Creación. La ciencia biológica aporta multitud de datos, tanto del estudio del registro fósil como de la biología molecular, que indican que el hombre tiene antepasados comunes con otros seres vivos. El hombre tal y como lo conocemos hoy en día es fruto de un proceso evolutivo que implica mutaciones y selección natural.
- De acuerdo, Sibelius. Pero en ese proceso evolutivo, como cristiano, no me negará usted algún tipo de intervención divina para dotar al hombre de una finalidad en la Naturaleza, un privilegio del que no gozan el resto de los animales que pueblan la Tierra.
- Eso es poco probable, Señor. El hombre, con sus cualidades, se ha desarrollado en el mismo contexto histórico/biológico que el resto de los animales que pueblan la Tierra. La naturaleza humana no precisa de privilegios ni dones para ser tal y como la entendemos.
Sí, pero usted es cristiano, muy moderno e informado, pero cristiano. ¿Y el Libre albedrío? ¿Y la Moral cristiana? Reconocerá ahí la mano de Dios, ¿no? Algo divino que escapa a la estricta Ley Natural. La capacidad de elegir lo Bueno sobre lo Malo. La capacidad de arrepentirse de los pecados...
- Me encantaría que eso fuese así, Señor. Pero si somos consecuentes con la biología evolutiva, eso no tiene sentido. Lo que quiero decir es que ambas cualidades, libertad de elegir y actitud moral, tienen que ver con la conducta humana, que a su vez depende de la función del cerebro humano (ver también "Neuroscientific challenges to free will and responsability"). El cerebro humano es un órgano biológico y por tanto sometido a las mismas leyes biológicas implicadas en el proceso evolutivo. No hay nada de divino en estas cualidades, Señor.
- Muy bien, Sibelius. Es posible que todo eso sea biológico y efímero. Pero, ¿qué me dice de la trascendencia? Supongo que como cristiano seguirás el ejemplo de aquél que resucitó al tercer día según los Evangelios, y...
- Tenga en cuenta que el estudio histórico/crítico de Los Evangelios ha mostrado que están lejos de ser un texto histórico...
- ... pero lo que quiero decir, si me deja terminar, es que un cristiano trata de seguir el camino de la Verdad Cristiana con el fin de alcanzar la Gloria de Dios. ¿Qué me dice del alma? Un alma que porte la individualidad de cada hombre con su historia y que finalmente le permita, si así lo mereciese, estar sentado a la diestra del Padre.
- Es una idea tan bella… Pero quiero ser coherente con la ciencia biológica. Con la muerte todo se acaba. Muerto el cerebro, muerta la individualidad humana. La trascendencia no tiene hueco en biología.

- Pero entonces..., usted niega cualquier tipo de intervención divina en el diseño del hombre, asume que el hombre, como el resto de los seres vivos, está sometido a las mismas leyes biológicas, acepta una moral basada en la función del cerebro como órgano biológico y duda de un alma que pueda trascender..., y para colmo, ¡duda de la verdad histórica de los Evangelios!.... Ahora dígame, Sibelius, ¿qué le queda de cristiano a un cristiano moderno y darwinista?

- Quizá Dios es el origen del principio de todo...
- Para lo que hemos quedado… ¡Al infierno con él!

Tito

* Inspirado en Un dragón en el garaje.

10 Comments:

Blogger AGRA said...

Ciertamente, si se acepta, como hace Sibelius, el conocimiento que nos aporta la ciencia, tanto desde la biología como desde la física, queda poco o ningún margen para Dios: un Dios creador del universo, hipótesis que plantearía la gran pregunta de quien ha creado a Dios (los cristianos tienen la respuesta breve y clara: Dios es eterno “porque un dios así [creado] sería, por definición, una decepción” John Lennox dixit).

Pero los cristianos darwinistas, es decir, los cristianos modernos (no medievales, que parece que son a los únicos que crítica Dawkins, según nos cuentan sus detractores, y por tanto, Dawkins no sabe en que consiste el cristianismo hoy en día) no son como Sibelius. Como bien nos indica el autor del artículo que nos enlazas al comienzo del apunte: “Dios habría creado y mantiene en la existencia real un universo que, una vez creado, evoluciona en conformidad con leyes y formas procesuales autónomas. [...] Dios habría diseñado un mundo capaz de producir evolutivamente sus propios contenidos. Dios sería el creador del diseño global del universo.” (el resaltado es mío). Es decir, como nos cuentan en otro artículo citado por el anterior: según George Ellis existiría un “principio antrópico cristiano que descubre un universo donde es posible considerar la existencia de Dios, pero donde Dios ha creado un mundo autónomo en el que no quiere imponer su presencia [...] El Universo ha sido diseñado para la libertad.” Vamos, que no es un dios que creó el universo sin más, sino que lo diseñó de tal manera que condujese hasta nuestra existencia (y concretamente, según alguna formulación que ya hemos comentado aquí, a la existencia de un cerebro con una determinada área cerebral que permitiera la comunicación con Dios), lo cual se opone o cuando menos no encaja bien con lo que la ciencia conoce del universo. Y además nos deja con la extrañeza de por qué un Dios eterno y omnipotente (lo suficiente para crear un universo) diseña algo tan enrevesado para que aparezca una criatura tan ínfima como el ser humano para que lo adore.

Pero los cristianos modernos a veces van más allá (imagino que todos, en su fuero interno, van más allá), como Francis Collins que nos dice “Si estás dispuesto a contestar que sí a un Dios fuera de la naturaleza, entonces no es para nada inconsistente que Dios elija en determinadas ocasiones invadir el mundo natural de una manera que parece milagrosa. Si Dios hizo las leyes naturales, ¿por qué no podría violarlas en los momentos en que él podría considerar significativo hacerlo?”. ¿Y estos son los pensadores cristianos modernos a los que tenemos que conocer para no quedarnos atascados en el cristianismo medieval?. Es decir, Dios y la ciencia son compatibles pero cuando se me antoje diré que Dios actúa en contra de la ciencia cuando lo considera “significativo”.

Y en cuanto al alma, se nos aclara el asunto en otro artículo de Tendencias 21, de Javier Monserrat, citando a John Polkinghorne: “La pervivencia más allá de la muerte no se debe a la naturaleza de un alma platónico-aristotélica, sino al poder salvador de Dios que nos asume y re-crea en una nueva dimensión. [...] El alma –el yo real- es el patrón portador de una casi infinita y compleja información constituido por la materia del cuerpo. En una palabra, el alma es la forma del cuerpo [...] pero me parece que es una esperanza perfectamente coherente que Dios recuerde el patrón que yo soy, manteniéndolo en el espíritu divino, para reconstituirlo entonces en un acto de resurrección.”. ¿Y estos son los pensadores cristianos modernos...? ¡Uy, que me repito!

Lupe

18 noviembre, 2007 23:08  
Blogger Julio said...

Al final, dios se queda tan sólo en alguien quien creó un universo, pero luego se despreocupó de él: que evolucione según le hayan salido las leyes físicas/químicas/biológicas. De un dios que "nos bendice con hijos", y que "se nos lleva" cuando morimos, se queda en un dios que simplemente hace un vasto universo que deja "a su libre albedrío", como si él no existiera.

Y ese libre albedrío, ¿es realmente tan libre?. Si elijo creer, voy a los cielos. Si elijo no creer, voy al infierno. No es una elección libre, ya que las consecuencias son muy distintas. Si se me da la libertad de elegir, comprendo que las consecuencias de tal decisión sean distintas, pero no que una de ellas sea un castigo: no hay libertad de elección.

19 noviembre, 2007 08:28  
Anonymous Anónimo said...

El ateísmo y el teísmo son cuestiones de fe. El ateo no puede demostrar la inexistencia de Dios. El creyente no puede demostrar la existencia de Dios. Desde la ciencia no se puede ir más allá de la experiencia y desde la filosofía tampoco.
Saludos,
José Luis

20 noviembre, 2007 10:43  
Anonymous Anónimo said...

El ateísmo cuenta con la ventaja de las probabilidades. No pueden demostrarse inexistencias, lo que deben demostrarse son existencias, en eso se basa cualquier tipo de conocimiento. Yo sé lo que sé, no lo que no sé. Por último, Dios no es cuestión filosófica en el momento en que s epostula que interviene en los aspectos físicos del universo. Si interviene en el universo es necesario explicar cómo se produce esa interacción. Mientras no se explique dicha interacción no se podrá admitir la existencia de ese Dios y mucho menos tener que vivir según unas normas que ese supuesto Dios (que aún tenemos dudas de que exista) ha dicho a no sé qué personas y en no sé qué circunstancias 8algo que, por cierto, también habría que probar). Seguro que el creyente no tomaría una medicina para su catarro sin saber que previamente ha pasado unos controles que confirman su eficacia. El ateo sigue manteniendo esta postura en el caso de la religión, algo que no hace el creyente porque en este caso no le interesa emplear esa misma forma de actuar, aún cuando el caso es el mismo.

21 noviembre, 2007 00:40  
Blogger Rafael Granero Chulbi said...

veo que (como yo) tenéis link a "razón atea"... ¿Sois conscientes de que el ¿filósofo? ¿pensador? ¡anda ya! Gustavo Bueno es el alma mater del master de "razón atea"?

Yo la tengo para ir viendo por donde van... pero ¡eso sí! sabiendo de qué van y no olvidando en que política se sustenta.

De Gustavo Bueno lo mejor que se puede decir es que aplica el viejo dicho de "ya que no podemos ser profundos, seamos oscuros".

De su ¿filosofía? ¿pensamiento? no se puede decir nada mejor fuera de que roza la extrema derecha (para ser suaves...)

Hasta más leer.

21 noviembre, 2007 01:05  
Blogger Daniel Vicente Carrillo said...

Seguís mezclando con mala fe el argumento antrópico (una falacia) y el diseño inteligente (una hipótesis filosófica).

El darwinismo no puede refutar las causas finales. No puede hacerlo precisamente porque esta teoría basa sus postulados en que 1) la totalidad de la materia tiende a organizarse y, en consecuencia, 2) lo orgánico proviene de lo inorgánico. No existe lo inorgánico absoluto, dado que la organicidad es una cuestión de grado. Por tanto, existe una propiedad de la materia (su tendencia a conservarse) que no está sometida a la selección, sino que la condiciona y la conduce.

22 noviembre, 2007 19:18  
Anonymous Anónimo said...

jajajaja, Bravo irich, has creado una nueva ley: la de la conservación de la materia (ahíte has lucido). Me encanta tu rigor científico. Y eso de los distintos grados de la organicidad es también de antología (pregúntaselo a algún químico orgánico , a ver qué opina. Y lo de las causas finales es no tener ni idea de evolución. Me encanta la filosofía abstracta. Uno puede decir lo que le venga en gana, que no pasa nada y encima parece muy listo.

23 noviembre, 2007 08:23  
Blogger Julio said...

¿Causas finales? ¿dios es la causa final? ¿Por qué no preguntarse también quien o qué ha causado la existencia de Dios? Ya puestos...

25 noviembre, 2007 14:11  
Anonymous Anónimo said...

Un par de notas curiosas y/o lecturas recomendadas:

En el ultimo numero de "The Scientist" hay un articulo llamado "PhDs and parishiores" En el que cuenta como cientificos de Estados Unidos sirven de consejeros para sermones pro evolucion en muchas iglesias de dicho pais. El dia de los sermones en cuestion es "Evolution Sunday" y es el primer domingo despues de dia de nacimiento de Darwin. Aqui esta el link, disfrutenlo:

http://www.the-scientist.com/article/display/53891/

En la misma linea fe vs ciencia, creyentes vs no creyentes, acabo de terminarme "Letter to a Christian Nation" de Sam Harris. Es un libro en forma de carta abierta como respuesta a las cartas/emails que el autor recibio en respuesta a su libro "The end of the Faith: Religion, Terror and the Futuro of Reason". Que por cierto si lo buscais en Amazon.com en la seccion de comentarios se ha montado un debate interesante.

Solo añadir que al leer "Letter to a Christian Nation" habia trozos en los que podia oir la voz en off de Lupe mientras lo leia.

Saludos,

Negra

06 diciembre, 2007 21:25  
Blogger Luis Paul said...

Hola, me parecio intersante lo escrito aquí y por eso me atrevo a dar mi opinión. Concuerdo con "jose luis" que comentó lineas arriba. la existencia o no de Dios es cuestión de fé o de cualquier otro tipo de pensamiento abstracto pongasele el nombre que se desee, esos pensamientos son ajenos al discurrir cientifico q se limita a lo "existente" lo "demostrable" y por ende lo real

24 marzo, 2008 18:47  

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