La religión en tres pasos
Santos médicos
La fe mueve montañas.
La gente enferma se agolpa a las puertas del hospicio. Algunos han venido desde muy lejos tras varios días de camino. Y por fin han llegado porque hay algo que nunca falta: esperanza. Y sobre todo fe. ¿Cómo sino combatir la enfermedad y el dolor? Sólo él en su misericordia puede aliviar nuestro sufrimiento. No en vano somos su obra, creados en cuerpo y alma a su imagen y semejanza. Y para eso están ellos, los santos médicos. Son los santos sanadores, a los cuales los devotos piden curación. Son los mediadores de Dios en la Tierra.
Todo está preparado en el patio interior del Hospicio:
- Los quemados con San Lorenzo;
- Los ciegos con Santa Lucía;
- Problemas de lactancia con Santa Ágata;
- Dolores de muelas con Santa Apolonia;
- Problemas de cólicos con San Agapito;
- Epilepsia (¿endemoniados?) con San Juan;
- Raquitismo con San Fernando;
- Trasplantes con San Cosme y San Damián…
Luces y sombras en la idea de Dios
La fe mueve montañas, dicen.
Para algunos, Dios es alguien a quien amar. Es un ser misericordioso, generoso, compasivo y comprensivo. A través de la fe en él se relacionan con los demás, viven con ellos, cooperan con ellos y dan lo mejor de sí. Todo lo que él ha creado es bueno y hay que disfrutarlo. Todo está lleno de esperanza y conduce a la paz y al amor.
Para otros, amar a Dios es una obligación. Y temerle. Por eso ha de ser frío, vengativo e implacable. A través de la fe en él se relacionan con los demás y combaten el pecado. Odian y desconfían de los extraños que no le veneran. Promueven el miedo y el temor de Dios. Porque Dios castiga al que no sigue su camino. Un camino de sufrimiento y dolor que ha de conducir a la liberación después del Juicio final.
Dios está hecho a nuestra imagen y semejanza
La fe mueve montañas, es vuestra percepción.
Todas las ideas son producto de vuestra actividad cerebral. La idea de Libertad, la idea de Belleza, la idea de Solidaridad…, la idea de Dios. La percepción de la creencia religiosa en relación con la idea de Dios implica circuitos y áreas del cerebro específicas relacionadas con la intención, la emoción y vuestra capacidad de abstracción (ver también aquí). Y la actividad de estos circuitos y áreas ya se puede medir. Al igual que la actividad cerebral implicada en otras percepciones o emociones: el odio, la empatía, el amor, el dolor, la desconfianza… ¿Cuántas pruebas necesitáis para, al menos, plantearos la posibilidad real de que YO soy una idea más? ¿Tendré que venir a convenceros en persona? Amén.
Tito